Si eres un ávido aficionado a los museos y prefieres los museos a los jardines colgantes y los cafés, entonces hay un museo extraordinario que merece un lugar en tu lista de deseos. Sin embargo, ten en cuenta que no es para los débiles de corazón. Me refiero al escalofriante Museo de las Momias.
Situado en la Ciudad de México, el Museo de las Momias de Guanajuato ofrece a los visitantes una oportunidad única de conocer a las momias de cerca. La cautivadora historia detrás de su creación te asombrará, mezclando tristeza con intriga.
Durante un período particular, en medio de un brote, un pequeño número de personas sospechosas de tener la enfermedad fueron trágicamente enterradas vivas para evitar una mayor propagación entre la población. Como consecuencia, el cementerio de la ciudad se llenó rápidamente. En 1865, el gobierno introdujo un “impuesto grave” que obligaba a las familias a pagar una tarifa para mantener las parcelas de entierro de sus familiares fallecidos. El incumplimiento del pago de este impuesto provocó la exhumación de los cuerpos, que luego fueron desplazados para dar cabida a nuevos entierros.
Para asombro de todos, durante el proceso de exhumación se hizo un descubrimiento notable: un pequeño porcentaje de los cadáveres exhumados habían sido momificados de forma natural. Este fenómeno ocurrió debido al clima árido de la región semiárida de Guanajuato, que efectivamente detuvo el proceso de descomposición y condujo a la preservación y momificación de los cuerpos.
Sorprendentemente, algunos de estos restos momificados se conservan con una precisión tan excepcional que incluso sus cejas, barbas y uñas permanecen intactas. Los cadáveres se almacenan cuidadosamente en criptas selladas herméticamente, ya que la ausencia de oxígeno ralentiza significativamente el proceso de descomposición. Este meticuloso método de conservación asegura la notable longevidad de estos cuerpos momificados.
Cautivadas por la fascinación del público con las momias preservadas durante la década de 1900, las autoridades del cementerio tomaron la decisión de exhibirlas. Esto llevó al establecimiento del Museo de las Momias de Guanajuato en la década de 1950. Curiosamente, cuando se abolió el “impuesto grave” en 1958, el museo ya había atraído una atención significativa y, como resultado, continúa albergando las momias originales hasta el día de hoy.
Entre las momias se pueden observar detalles fascinantes como ojos calcificados en algunos casos, así como huellas dejadas por el útero y los ovarios en la región abdominal. Además, cabe destacar que ciertas momias incluso se encuentran con zapatos y calcetines, lo que agrega un aspecto intrigante a su estado de conservación.